lunes, septiembre 13, 2010

Sobre nuestra Independencia

Siempre se nos ha enseñado que nuestra independencia es una y que fue conseguida en febrero de 1844 por los Trinitarios. Si bien es cierto que para aquella época o período de nuestra historia logramos separarnos del dominio haitiano, no es menos cierto que ésta no fue la primera vez que luchamos para tan nobles fines.

Con el propósito de refrescar las enseñanzas y conocimientos de nuestra historia, debemos recordar tres períodos de gran importancia previos a nuestra primera independencia:

1. El primer período Español, iniciado con el “descubrimiento” del “Gran Almirante” Cristóbal Colón en octubre del 1492 y finalizado el 22 de julio de 1795 con el tratado firmado en Basilea, Suiza, por los plenipotenciarios de Francia y España, en donde este último cede a la República Francesa la parte española de la isla de Santo Domingo en las Antillas,

2. La ocupación francesa iniciada con el tratado de Basilea y terminada en 1809, cuando grupos dominicanos dirigidos por Juan Sánchez Ramírez derrotan las tropas francesas con la ayuda del bloqueo a la ciudad de Santo Domingo por una escuadra Inglesa y proclaman la reincorporación a España; y,

3. El segundo período Español, conocido en nuestra historia como el de la “España Boba”, que duraría 12 años.

En este punto, tras casi 329 años de una continuada vida colonial y de regímenes de Estados de ultramar, el 30 de noviembre del 1821 se origina el golpe de Estado de José Núñez de Cáceres que produce nuestra primera independencia.

Bajo una fuerte influencia de las doctrinas liberales, de los enciclopedistas europeos del siglo XVIII, especialmente de la tesis del “Contrato Social” de Rousseau, como del Acta de Independencia de los Estados Unidos, nace una República bajo el nombre de “Estado Independiente de Haití Español”.

Los preceptos de esta primera independencia fueron erráticos y equivocados desde sus inicios al no abolir, determinantemente, la esclavitud, lo que hizo al nuevo régimen impopular entre la gente de color y dio lugar a que la agitación del Gobierno Haitiano hallara mayores adeptos que propugnaran por una unión con Haití.

También la soberanía de la nueva República quedaba maltrecha y mutilada por la intención de sus fundadores -así lo expresaban en el Acta de Independencia y en el Reglamento Provisional-, de buscar una alianza con la República de Colombia para entrar a componer uno de los Estados de la Unión. Con esto se pretendía la anexión del nuevo Estado a la federación de antiguas colonias españolas suramericanas formada en el 1819 denominada “Gran Colombia”, constituida por las hoy repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá.

La Junta Provisional de Gobierno que entonces nos dirigió, por sólo dos meses aproximadamente, pidieron a las de Haití -de manera tardía por cierto-, la concertación de un Tratado de Amistad, Comercio y Alianza. Para este momento histórico habían movimientos pro-haitianos que habían tomado mucho auge en varias localidades del país, y dado al presidente de Haití, Juan Pedro Boyer, la coyuntura favorable para la realización de su sueño “Una sola Nación para toda la isla”. Boyer “invadió” con sus tropas a principios del 1822 y las autoridades de Santo Domingo se vieron obligadas a entregar la ciudad el 9 de febrero por carecer de fuerza defensiva y de apoyo popular.

Así concluye nuestra primera independencia o “Independencia Efímera”, como se nos da a conocer, para dar paso a los 22 años de unificación de la isla y de dominación haitiana.

Bibliografía:

- Ramón Lugo Lovatón. "El Tratado de Basilea". Boletín del Archivo General de la Nación, (68) enero-marzo 1951.
- Gustavo Mejía Ricart. Historia de Santo Domingo, t. VIII Santo Domingo: Pol Hnos. p. 106.
- Colección Centenario, t. 18, p. 3.